Kilómetros de resiliencia

No se trata de llegar primero. Se trata de no detenerse

Kilómetros de resiliencia

Empezó corriendo dos cuadras y terminaba exhausto. La mente le decía «esto no es para vos», pero el cuerpo le respondía «una cuadra más».

Fue así como cada semana estiró su propio límite. Sin plan sofisticado, sin zapatillas caras. Solo con decisión.

En la línea de largada no pensaba en tiempos, pensaba en el camino. Y cuando cruzó la meta, entre lágrimas y ampollas, entendió algo:

Correr no le cambió el cuerpo. Le cambió la forma de enfrentar la vida.