Volver

A veces el cuerpo se detiene. Pero la esencia no.

Volver - Historia VITTA

Estuve parado.

No por elección, sino porque algo dentro mío se apagó. Podés llamarle lesión, fatiga, frustración… lo cierto es que dejé de entrenar. Dejé de moverme. Dejé de ser esa versión de mí que siempre encontraba en el deporte algo más que rutina: una identidad.

Los días se hicieron largos. Me miraba al espejo sin reconocerme del todo. No era una cuestión de físico, era algo más profundo. Me faltaba algo que el descanso no curaba.

La mente me pedía volver, pero el cuerpo decía: “no estoy listo”. Y así estuve. En ese limbo entre querer y poder. Entre impulso y bloqueo.

Hasta que un día, sin que nada lo anunciara, me puse las zapatillas. No sabía si iba a correr, caminar o simplemente salir a respirar. Pero lo hice.

No fue glorioso. Me faltaba aire a los 5 minutos. Me dolían músculos que ni sabía que existían. Pero hubo algo distinto: esta vez no corría para ser mejor que ayer, corría para volver a sentirme yo.

Volver no es repetir lo que fuiste. No es buscar la versión pasada de vos como si fuera una meta. Volver es reconstruir desde lo que hay hoy, con lo que te queda, con lo que aprendiste en el silencio.

Volví sin prisa. Sin metas. Sin reloj. Pero volví.

Y en ese primer paso torpe, lento, inseguro… empezó algo nuevo.

Porque a veces volver no se trata de ganar. Se trata de no olvidarte de quién sos.